Ayudemos a los sapos

Uno de los principales problemas que enfrenta hoy el Amazonas es la cantidad de princesas que acuden en busca de sapos para que, al besarlos, se conviertan en príncipes. La afluencia de estas princesas provoca un verdadero desastre en un área que no está preparada para acogerlas. Sus enormes séquitos talan árboles, queman arbustos y eliminan hábitats de animales para poder mantener su nivel de vida en la selva.
Además de generar una enorme cantidad de basura que queda por siglos, producen un verdadero caos en la vida de los sapos, que deben esconderse para no caer en las garras de las princesas. Todas besan a todos los sapos posibles porque no saben cuál es el príncipe en cantado que las espera. Algunas besaron sapos venenosos y murieron en consecuencia. Fueron las que vieron un sapo azul y creyeron que era el príncipe azul.
Hasta el momento no se ha reportado ningún caso de un sapo que haya resultado ser un príncipe encantado. Pero esto no ha detenido a las princesas, que siguen acudiendo en masa porque cada una de ellas piensa que el beso debe ser de ella y nadie más. Esto genera una competencia feroz que ya desembocó en los descuartizamientos de varios sapos que eran disputados por diferentes princesas.
Las ranas no se salvan, debido a que las princesas no las distinguen de los sapos y son muy pocas las que llevan naturalistas como parte de su séquito. En general los naturalistas aconsejan no ir en busca de sapos al Amazonas con el propósito de besarlos para que se conviertan en príncipe. Por eso tienden a no ser incluidos en las expediciones, a pesar de la utilidad que podrían tener.
La comunidad internacional debe ayudar a parar el desastre que ocurre en el Amazonas. Las siguientes medidas serían aconsejables:

  • Mejorar la seguridad de los príncipes.
  • Capturar a todas las brujas que los puedan encantar.
  • Encerrar a las princesas en castillos fuertemente vigilados.
  • Abolir las monarquías.

No se puede esperar más. Los sapos del Amazonas, y el Amazonas mismo, corren peligro. Es hora de actuar.