Cómo detectar a un poeta

El primer indicio son las manos manchadas con tinta, que también impide saber de qué color era originalmente la camisa desprolija que lleva. El poeta no tiene tiempo para limpiarse o peinarse, porque es constantemente visitado por la inspiración. Esos movimientos no son espásticos, son la creación de la poesía en vivo y en directo.
Es posible que no sea muy agradable olerlos. Y que no se den cuenta de que hablan solos. Parecen lunáticos, cuando se suben a un colectivo todos los otros pasajeros se alejan. Es por eso que no hay poesía sobre los colectivos llenos. Los poetas no han experimentado esa sensación.
En caso de entablar diálogo con ellos, expondrán toda su sabiduría. Los poetas en su tiempo libre leen, se alimentan de literatura, para después regurgitarla como creación propia. De esta manera, los poetas vomitan literatura en todas sus conversaciones, pero no es por mala educación, sino porque están hechos de ella.
La sociedad toma distancia de los poetas, habitualmente sin darse cuenta de que lo son, sólo debido a sus características desagradables. En ocasiones, sin embargo, los poetas son reconocidos,  y entonces la sociedad toma distancia de ellos porque son poetas.
Pero a los poetas no les importa. Ellos no hacen otra cosa que escribir, crear, donde pueden, como pueden. No son capaces de otra cosa. Entonces van por la vida chocándose contra todos los obstáculos que existen en el mundo. Cada uno de ellos les alimenta su poesía, y con ella van hacia todos lados hasta que un día se suicidan.