Jarrones de la dinastía Ming

Durante la dinastía Ming, los jarrones eran el eje de los pasatiempos populares. Todos los años, se organizaban en Pekín los Juegos del Jarrón. Tenían lugar durante dos meses de verano. Durante el resto del año, la ciudadanía trabajaba sin pausa para fabricar los jarrones que se usarían en los Juegos.
La disciplina más popular era el combate con jarrones, en el que se usaban los jarrones como armas. Habitualmente el ganador afirmaba la victoria rompiendo su jarrón en la cabeza del perdedor. Para asegurar combates parejos, existían estándares muy estrictos para la fabricación de los jarrones. Estos estándares no fueron aplicados en Occidente hasta entrada la Revolución Industrial.
Otras disciplinas eran el Lanzamiento de Jarrón, la Búsqueda del Jarrón y el Jarrón-ball, que era una especie de básquetbol en el que los jarrones ocupaban el lugar que posteriormente, en el juego popularizado en los Estados Unidos, se usaron canastos.
Para los Juegos, se fabricaron cantidades excepcionales de jarrones, todos decorados con el diseño oficial de cada año. Debido a esa costumbre, la dinastía Ming es la que más jarrones produjo en toda la historia china, y de la que más jarrones se conservan.
En la actualidad, los jarrones son considerados objetos históricos y son colocados en museos para su exhibición y estudio. Son tratados con extremo cuidado, porque la pérdida de un jarrón se considera irreparable, debido a que la dinastía Ming dejó de existir hace siglos. Con ella se terminaron los Juegos del Jarrón, y en consecuencia la producción decayó. Los jarrones que se producen en China actualmente no tienen la delicadeza de los de la dinastía Ming. Suelen ser baratos, y su ruptura no implica la pérdida de nada valioso.
Algunos jarrones de la dinastía Ming, sin embargo, han caído en manos de personas torpes, poco responsables del legado cultural que representan. Más allá del cuidado que estas personas pudieran tener, en varias oportunidades los jarrones se han roto en muchos pedazos. Cumplieron así, con siglos de atraso, su cometido.