Palabras de animales

Un rinoceronte se acercó a un pato y le dijo: “pío, pío”. El pato lo miró extrañado. El rinoceronte, entonces, repitió lo dicho: “pío, pío”, ahora con una mirada de esperanza. El pato decidió alejarse del rinoceronte, pero antes de que pudiera irse muy lejos se le acercó un pavo real. “Cuac cuac”, dijo el pavo real. El pato pensó que algo debía estar sucediendo. Entonces se acercó al pavo real y le dijo “no, eso es lo que digo yo”.
Un gusano que pasaba por ahí decidió meterse en la conversación y le dijo al pato “no parece que sea lo que decís vos, si estás hablando”. “Vos también estás hablando”, respondió el pato. “Pero yo hablo sólo para marcar tu contradicción” fue la respuesta del gusano.
En ese momento intervino el rinoceronte. “Pío, pío”, dijo. “Cortala con eso”, dijo el pato, “¿no podés decir otra cosa?”. El rinoceronte, herido en su orgullo, se retiró compungido. El pavo real se apiadó de él y lo siguió. Para consolarlo, se acercó a su oído y le dijo “cuac cuac”.
El pato, al ver que ambos se iban, abandonó al gusano y se fue con los otros patos. “Cuac cuac”, le dijo a uno de ellos. El otro le respondió con entusiasmo “cuac cuac”, y ambos salieron juntos a sobrevolar el lugar.
Luego de ver toda esta situación, un perro que estaba cerca de allí murmuró “guaaau”.