Perros en la calle

El paseaperros paseaba quince perros por el carril derecho de la avenida Pueyrredón. Con gran habilidad manejaba el trayecto de todos los canes, sin generar ningún ladrido de protesta por parte de ellos.
La protesta venía de un taxista que quería ocupar ese carril y no podía por la presencia de los peatones cuadrúpedos. Cuando paseaperros y taxista pararon en el semáforo, el conductor aprovechó para bajar la ventanilla y dar a conocer su opinión sobre lo que pasaba.
Esto generó airadas justificaciones por parte del paseaperros, que estaba trabajando igual que el taxista. Se produjo una discusión en la que no faltaron los insultos hacia ambos lados. Los dos creían tener razón, y por eso se profirieron amenazas de violencia, porque también creían tener la fuerza.
Cuando el paseaperros pronunció un “bajate y vas a ver cómo te hago de goma” el taxista estuvo tentado de aceptar la propuesta (la de bajarse). Pero después lo pensó un poco mejor, y se dio cuenta de que el paseaperros estaba armado con quince perros. Llegaba a soltarlos y se iba a ver en problemas. Así que optó por arrancar y alejarse, mientras insultaba genéricamente a todos los paseaperros.