Planta vegetariana

Son conocidos los casos de plantas carnívoras, pero nunca se había documentado una planta que se alimentara de los frutos de otra. La Oliviscus exputera crece debajo de los olivos y coloca sus trampas estratégicamente para recibir las aceitunas que caen, una vez maduras.
Una estructura cóncava recibe las aceitunas. Dentro de sus pétalos modificados se encuentra una colección de jugos gástricos que digieren la aceituna y absorben sus nutrientes. Cuando la aceituna cae sobre la Oliviscus, una tapa se cierra para impedir que los insectos penetren en la cavidad y se lleven partes de la aceituna.
Luego de algunas horas de digestión, la planta extrae todo el valor energético de la aceituna. Sólo después abre la tapa. Un curioso sistema le permite a la planta almacenar a todas las aceitunas que puedan caer mientras la tapa está cerrada. Van a parar a un pequeño depósito a un costado, y cuando la tapa se abre activa una palanca que envía la siguiente aceituna al interior del recinto.
Pero antes de abrirse, para completar la digestión es necesario expulsar el carozo. La Oliviscus lo hace mediante unos agujeros que están a los costados de la cavidad. La planta lleva el carozo hacia los agujeros, que son bastante chicos, y presiona sobre ellos con tanta fuerza que después de unos segundos el carozo sale disparado y aterriza decenas de metros más lejos.
Previamente, la planta inserta en el carozo una semilla propia. De ese modo, cuando crece un nuevo olivo, debajo también crece una nueva Oliviscus, y el ciclo se renueva.