Salida al mar

Inocuo semáforo de la espesura
¿dónde te encuentras?
Tu mirada vasta y beligerante
me llena de estupor y desconsuelo.
Oh, salve tú, mi buen ello
ven conmigo a explorar el mundo
sal de tu espléndido agujero
de pasionales escuerzos corroídos.
Vastas tundras digitales
corren por el prado, por los huecos
huesos
de tu triste y desolador terruño advenedizo
que nunca será comprendido
por nadie.
Mascullad, entrañas, mientras los visitantes miran
sin esperar un milagro
sin salir de su apogeo
sin la implacable certeza de la serpiente.
Dignos istmos que me acarrean
como si fueran veleros
hacia una nueva visión
una nueva platitud
el destino turbio de los campos sin sombra.
Y la música.
¡Ah! La música
que me saca las cosquillas
y purifica tus hermosos tímpanos
mientras te acaricia con sus suaves cerdas.
Hipnoticémonos mutuamente, mi amor
conozcamos una realidad titánica
seamos tú y yo como los mares
cíclopes y sedientos de sal.