Sobre la tela

Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña. Pero la tela resistía su peso, así que fue a buscar a otro elefante.
Luego, dos elefantes se balanceaban sobre la misma tela, uno arriba del otro. Se hamacaban con fuerza, con la intención de romperla. Pero no lo conseguían, era una tela resistente. Cuando supieron que no podían lograr la ruptura, fueron a buscar más elefantes.
Pronto hubo una enorme pirámide invertida de elefantes sobre la telaraña, que igual resistía. Más elefantes se agregaban al grupo, sin que la tela mostrara signos de debilidad.
La tela estaba tan bien construida que resistía todos los intentos de los elefantes por romperla. Algunos se preguntaban por qué la araña había abandonado semejante tela, dado el trabajo que era evidente que le había costado.
Pero la araña sólo se había ausentado un rato. Al volver, se encontró con los elefantes balanceándose sobre su tela. “Excelente”, pensó, “la tela consiguió un montón de comida”. La araña trepó para ocupar su lugar. Corría riesgo de ser aplastada.
Su aparición al principio no fue advertida por los elefantes. Hasta que uno de ellos, el de más abajo, barritó de miedo al verla. Todos miraron hacia abajo y se espantaron. La desesperación resultante hizo que todos perdieran el equilibrio y se cayeran de la tela, causando gran estruendo.
La tela, no obstante, se mantuvo intacta. La araña caminó entonces hacia el medio, dispuesta a esperar que su tela atrapara a algún insecto.