Tupper Home

Harto de la sociedad que lo rodeaba, Lino decidió aislarse. Quería estar solo con sí mismo, sin que los demás le interfirieran. Sólo así, pensó, podría desarrollarse plenamente.
Necesitaba algún tipo de protección. Una barrera que los demás no pudieran penetrar. El primer plan fue una burbuja, pero no resultó. Ninguna burbuja era lo suficientemente grande. Y aun si hubiera, eran todas transparentes, con lo que podría ver y podrían verlo. Además, cualquier persona estaba en condiciones de romperla, con intención o no.
Lo que Lino necesitaba era algo más resistente. Encontró la respuesta al ver un folleto de tupperware. El envase plástico era ideal, porque podía ser sellado para que el interior no se contaminara con el exterior.
Lino quiso comprar un tupper grande, del tamaño de una heladera más o menos, para poder permanecer dentro. Pero en el catálogo no había uno de esas características, tenía que pedirlo especial. Entonces razonó que si le iban a hacer uno personalizado, mejor que tuviera todas las comodidades.
Se puso en contacto con la central de Tupperware en Orlando, Florida, y pidió presupuesto para que le construyeran una casa. El precio no era problema, Lino podía pagarlo. En la central no le hubieran hecho caso, pero justo acababan de presentar el Tupper World, en Epcot, y estaban en condiciones de satisfacer el pedido.
Así, Lino consiguió vivir en un tupper. Antes de sellarlo, acumuló la comida que iba a necesitar para el resto de su vida. El Tupper Home la iba a mantener fresca por todo el tiempo que fuera necesario.
Y así fue. Lino cortó todo contacto con la sociedad y se dedicó a vivir en su tupper. Nada penetraba esa fortaleza, nada entraba ni salía. Ni siquiera el aire, y ésa fue la falla fatal. Fue consumiendo el oxígeno hasta que se le acabó. Entonces Lino cayó desmayado, y no se dio cuenta de que no se iba a despertar más.
Sin embargo, nadie se enteró de su muerte. Del tupper no emanaban olor ni noticias. Quedó ahí tirado durante varias décadas hasta que fue encontrado por un funcionario de la agencia de recaudación de impuestos, que venía a reclamarle por falta de pago. Lograron abrir la tapa sellada del tupper y ahí lo encontraron, intacto junto a su provisión alimenticia, con la misma frescura del primer día.