La comida va a la boca

El plato de arroz estaba colmado. La cuchara se acercó. Con el lado cóncavo hacia arriba, penetró entre los granos. Avanzó hacia la profundidad, soportando el peso creciente del bocado futuro. El movimiento se detuvo por un instante.
Con seguridad, arrancó el retroceso. La cuchara rehizo su trayecto, llevando consigo una cantidad de arroz. El mango de la cuchara aún tenía un leve contacto con el plato. Siempre se mantuvo bastante paralelo a la mesa. Ahora la distancia iba a cambiar.
La cuchara se alejó del plato. Subió el equivalente de muchas cucharas a una velocidad que pronto se detuvo abruptamente. Luego se inició el movimiento de ingreso. La altura se mantenía estable, la distancia con el plato se incrementaba.
A punto de llegar al destino final, la cuchara se inclinó. El lado que tenía el arroz quedó más abajo que el mango. Y como no había nadie que sostuviera la cuchara ni estuviera para recibir el bocado, el arroz fue a parar al suelo.