Limpieza de Cámara

Queda establecido que, al término de la presente sesión, los honorables senadores permanecerán en el recinto con el fin de limpiar sus pupitres. La mugre imperante ha superado los límites de lo tolerable. La acción del día de la fecha es consecuencia directa de la costumbre que tienen los senadores de escribir sobre la madera.
Aparentemente, los honorables senadores son demasiado delicados como para levantarse a buscar una hoja de papel cuando tienen que anotar algo o están aburridos durante una sesión. Entonces escriben directamente en el pupitre. Lo hacen con birome o lapicera fuente. Hay desfachatados que usan marcador indeleble. Algunos van más allá y tallan la madera, para que su marca perdure aún más.
Se les recuerda que, si la sesión los aburre, nadie los obliga a permanecer en sus bancas, a menos que su ausencia implique la pérdida del quórum. El Congreso Nacional provee cantidad suficiente de papel para tomar toda clase de notas. Puede ser solicitado en todo momento al personal de Secretaría, que tiene acceso directo al aparador donde se guarda el material de librería. Este papel puede ser utilizado también para los infantiles u obscenos dibujos que el personal de limpieza ha encontrado en los pupitres después de la última sesión.
Constituye una injusticia que ese personal de limpieza deba dedicar tiempo extra a remover lo que los honorables senadores deliberadamente marcan en la sacra madera legislativa. Es la esperanza de esta institución que los senadores aprecien el esfuerzo necesario para devolver los muebles a su estado inicial, y aprendan a no dañarlos intencionalmente.
Cabe notar que no todos los senadores tienen la costumbre de escribir en sus pupitres. Pero no se puede determinar fehacientemente quiénes son los que realizan esa actividad y quiénes no. Por eso el castigo se aplica al pleno de la Cámara, para que este cuerpo legislativo se maneje, de una vez y para siempre, con la limpieza que espera la ciudadanía toda.