Pierna dormida

Por estar mucho tiempo sentado, la pierna izquierda se me durmió. Y mientras dormía soñó que estaba en un estrecho pasillo, dando sigilosos pasos hacia un destino desconocido. Con precaución, sin hacer ruido, caminó en punta del pie hacia donde marcaba la rodilla, que era adelante. De repente, pegó un salto enorme. Tan grande que dio contra el techo. Quedó pegada a él y empezó a caminar pata para arriba. Pero ahora no sabía dónde era adelante. La rodilla le indicaba un lugar que al estar invertida no era confiable. Sin embargo, siguió caminando por el techo y por las paredes, hasta que dio con una ventana. Sin darse cuenta, la atravesó y del otro lado era el techo de una carpa de circo. Abajo, cuatro elefantes saltaban a través de un mismo aro. Arriba, la pierna sola quería atravesar la carpa, y la única manera era a través de un cable suspendido que estaba siendo usado por acróbatas. La pierna empezó a cruzar. A mitad de camino, sin darse cuenta pisó a uno de los equilibristas, que cayó a la red y entonces dejó de ser un obstáculo. La pierna se subió a un triciclo y avanzó sobre el cable. Nunca había tomado tanta velocidad. Iba tan rápido que parecía que estaba manejando un auto de carreras. No parecía, en realidad, estaba. Pisaba el acelerador, y aplicaba todas sus fuerzas para hacerlo. La pierna izquierda no estaba acostumbrada y lo encontró muy placentero. Vertiginoso. El auto avanzaba, pero la pierna no veía hacia dónde, sólo sentía el movimiento. Más tarde empezó a alternar un poco entre el acelerador y el freno, acelerador y freno, acelerador y freno, hasta que empezó a sonar un tango y comenzó el baile. Pero la pierna no sabía bailar bien, porque no tenía una referencia. No importaba, las otras piernas tampoco. Todas las piernas bailaban sobre el escenario, pero ya no era tango, era can can. La pierna se movía de un lado a otro, y de arriba a abajo. Un, dos, un, dos, un, dos. Y de tanto moverse se despabiló y se despertó, en el mismo lugar de siempre, bajo el resto de mi cuerpo, a la izquierda de su compañera.