Por qué napolitana

La gente quiere ser original. Sin embargo, muchas veces el esfuerzo por ser original no se hace en forma original. Surgen así los lugares comunes. Provienen de intenciones nobles que no han sido ejecutadas con destreza.

Es el caso de la pizza napolitana. Mucha gente quiere evitar pedir lo que realmente quiere, que es mozzarella, porque la consideran una pizza básica. Sobre todo cuando están en grupos de amigos, quieren mostrar sofisticación. Quieren hacerse ver más allá de lo básico, con discernimiento de distintos sabores y texturas.

Pero tampoco quieren ser extravagantes. Rechazan la mozzarella, pero no piden palmitos con rúcula. Tampoco piden mozzarella y jamón, porque no es suficientemente distinta, y aparte puede haber vegetarianos que dificulten la elección. Lo mismo ocurre con la calabresa. Roquefort y provolone generan rechazo por parte de algunas personas.

Les queda entonces la napolitana. Mozzarella con ajo y rodajas de tomate. Otorga no sólo un aire de sofisticación, sino también de vida sana, gracias a esas rodajas. La consideran suficientemente cercana y lejana a la mozzarella como para ser aceptable para todos. Y si les llegan a traer la variante de napolitana que es sin mozzarella, será un error que cometerán sólo esa vez.