La maldición de PowerPoint

Excel, la herramienta más poderosa para la creación simultánea de matemática y poesía, tiene un némesis. Un antiexcel mora en su vecindad, seduciendo con su canto de sirenas a los que no entienden bien. Se trata de PowerPoint.
Quiere hacer simple lo complicado, fácil lo difícil, y lo logra. Lo logra tanto que hace todo demasiado fácil. Instala la idea de que cualquier concepto puede ser explicado con cuatro o cinco ítems bien diferenciados.
El mundo de PowerPoint es muy sencillo, carece de vericuetos, de excepciones, de dificultades. Todo está lleno de posibilidades. La visión siempre optimista es su característica más engañosa. La que atrae a la gente a sus garras. Y una vez adentro, se quedan contentos. No quieren salir.
Es duro sacar a las personas de esa secta. No quieren ver que la vida no es siempre maravillosa, ni prolija, ni tiene todo el tiempo un formato profesional y automático. No quieren enfrentarse a un mundo que no está armado en forma visual y escalonada. Quieren saber siempre en qué diapositiva están, y PowerPoint les proporciona una seguridad que nunca antes tuvieron.
La peligrosidad de PowerPoint no debe ser subestimada. Aun aquellos que no quieren caer en sus garras pueden ser víctimas del engaño. PowerPoint es más sofisticado de lo que parece. Puede tomar formas atractivas, convincentes. Puede incluir planillas de Excel, para parecer sofisticado. Los más avispados se dan cuenta de la diferencia, pero los demás deben tener siempre cuidado. Tienen que saber lo que hacen, y hacerlo a propósito.
No deben dejarse llevar por las promesas fáciles. La vida no tiene atajos. Los caminos no son siempre largos, pero tampoco son todos sospechosamente cortos. PowerPoint necesita de la ignorancia, de la docilidad de las personas. Por eso es necesario ser fuertes, para poder evitar la tentación y evitar que una vida Excel se convierta en una vida PowerPoint.