Sin título

Hay artistas que no ponen títulos a sus obras. Las lanzan al universo, sin ninguna pista sobre de qué se tratan más que la obra misma. Y algunos consumidores de arte, particularmente aquellos que leen epígrafes en los museos, encuentran esa costumbre desconcertante.

La ausencia de título hace más abstractas las obras abstractas. En estos casos, es posible que sea una postura deliberada de los artistas. Aquellos que miran un cuadro pensando en un título específico suelen ver algo distinto que los que no. No usar título libera al espectador de ataduras, y permite que la obra llegue intacta a su imaginación.

En casos como ésos, la falta de título es parte de la integridad artística de una obra, y por lo tanto se justifica. Pero hay otros casos, en los que el artista directamente no supo cómo titular su obra. Hay galerías enteras de arte perfectamente representativo que están compuestas sólo por obras intituladas.

Cabe preguntarse, entonces, cómo se hace para catalogar la obra de un artista que no titula las obras. Es necesario un trabajo de seguimiento para identificar cuál es cuál. Las galerías pueden vender obras sin título y luego recomprarlas sin darse cuenta, porque no hay un registro objetivo de cada una.

Para llevar a cabo ese inventario, hace falta la ayuda de académicos. Estudiosos que analicen la obra del autor y asignen, por ejemplo, un número cronológico a la obra, basándose en sus conocimientos exhaustivos sobre el artista. De esta manera, se puede estandarizar una obra como ha ocurrido con Mozart.

Por supuesto, al tratarse de disciplinas académicas, diferentes personas pueden tener opiniones divergentes. Se producen polémicas interminables, que se reproducen a lo largo de generaciones, que dan como resultado catálogos disímiles de la misma obra, al tener diferentes criterios de clasificación y de interpretación.

Todo esto podría ahorrarse si el artista se molestara en poner un título a cada obra. Pero gran cantidad de artistas no lo hacen. Y tal vez, intencionalmente o no, esas discusiones les sirvan para alcanzar la inmortalidad.

Títulos sin texto

El otro lado del sol
Con la retina y los zapatos
Guardando la mandolina
Gordos raquíticos
Todo y su frialdad
Huevo de planeta
Protonial y ceremocolo
Los cinco lados del cielo
Tres o cuatro bien
Juegos de juego
Amigos de lo propio
Todo mi amor para mí
Amor vestido
Desamor prohibido
Taxi a lo desconocido
Casi estamos
Humedad en el paraíso
Trono de ocupado
Retorno al pasaje
Qué dijo cuando dijo que
Un té de yuyos con Yiya
Qué le pasó al tero
Un do re mi
El perezoso perspicaz
Temario de temas pluviales
Juez de pez
Huesos revueltos
Jolgorio hipnótico
Hincapié inicial
La verdadera historia
Soy tu héroe aunque no quieras
Crer para veer
Con su blanca calidez
El cautiverio inolvidable
Juegos serios para jugar sin jugar