Valorar la vida

Ayer, en el barrio de Ingeniero Maschwitz, un trabajador fue asesinado delante de su hijo de cuatro años. Tres delincuentes lo acribillaron al asaltarlo mientras él regresaba de buscar a su hijo del jardín, porque no tenía más que 50 pesos para darles.
Es realmente indignante que ocurran cosas así. La víctima era un trabajador honesto y querido por la comunidad. Una persona humilde que era solidaria con los demás y siempre trataba de enfrentar la vida con una sonrisa. No era un viejo amarrete y amargado que, al final, daría lo mismo que viviera o no. Con su muerte, el mundo perdió a alguien valioso.
Pero esto no es todo. 50 pesos no es un monto razonable para justificar un asesinato. Por lo menos, no el asesinato de una persona así. Si hubiera tenido un maletín con cinco millones de dólares, la situación hubiera sido otra. Pero no lo tenía, y estos desalmados lo mataron igual por menos plata que la que se le podría arrebatar a alguien en un colectivo lleno.
El hecho es especialmente descorazonador porque fue adelante del hijo, que tendrá que crecer con el recuerdo de haber visto morir a su padre por tan poco. Ni siquiera se puede consolar con que lo mataron mientras él, irresponsablemente, efectuaba una operación de narcotráfico adelante de su hijo. No, simplemente lo había ido a buscar al jardín, en un esfuerzo por pasar más tiempo con él.
Eso no es un buen ejemplo para los más chicos. Ver a su padre asesinado sin ninguna razón justificable, sólo por una cantidad irrisoria de dinero, le puede traer consecuencias dañinas en su crecimiento. Si lo que queda de su familia no lo contiene bien, corre el riesgo de no aprender el verdadero valor de la vida.