Al agua pato

El mundo de Disney estaba en el Luna Park. El aire estaba frío porque todos los personajes hacían el show patinando sobre hielo. Hay algo mágico en esos círculos que sólo pueden ser hechos desde patines. El espectáculo mezclaba la destreza de los patinadores con la magia de la actuación y el encanto de los personajes de Disney. Era un show de primer nivel.
El público recibía cada número con entusiasmo. Los niños aplaudían todo el tiempo, y los personajes se ponían contentos. El esfuerzo de llegar hasta ahí, con el solo objeto de entretenerlos, se veía recompensado. La hora y media de espectáculo pasaba sin sobresaltos, y con momentos de placer para el público y los personajes.
Pero ocurrió algo terrible. Alguien cortó un cable con el filo del patín, y provocó un cortocircuito en el sistema de sonido. Las llamas se esparcieron en la cabina, y los sonidistas tuvieron que prestar atención al fuego en lugar de ocuparse de los micrófonos.
El público no estaba enterado. El show usaba muchas máquinas de humo, y el que salía de la cabina no se diferenciaba. Los personajes sí se dieron cuenta, y empezaron a hacer gestos para que el público evacuara la sala. Pero fueron interpretados como gracias, y todo el público aplaudía.
Iba a ser necesario decirles. Tal como había quedado configurado el sistema de sonido, el único personaje que tenía el micrófono abierto era el pato Donald. Él procedió a advertir sobre el fuego, pero nadie lo entendía. Era su gracia. El público vio con agrado los gritos de desesperación del pato, que mientras más enojado está, más divertido es.
Mientras el público festejaba las ocurrencias, no se daba cuenta de que el hielo del escenario se derretía. En poco tiempo, las plateas se inundaron, y las salidas quedaron bloqueadas por el agua. Adultos y niños del público debieron nadar para salir. Los personajes hacían lo mismo. Y algunos niños afortunados podrán contar durante el resto de su vida que nadaron junto al Pato Donald.