Cámara infinita

La cámara se apoya en el pulgar para poder abrirse en dos. De un lado, sale de cuadro hacia el infinito. Del otro, hace un movimiento interno, un recorrido por su propio objetivo, hasta llegar a otro vértice de pulgar. Ahí vuelve a dividirse en dos, esta vez con cierta inclinación. El señor que está por sacar la foto no sabe qué parte de la cámara múltiple es la cámara, y resuelve estar en todas. Es por eso que sostiene la cámara más interna con el pulgar, lo cual la divide nuevamente en dos. A esta altura al señor le cuesta encuadrar. ¿Cómo hacer una imagen sola con múltiples objetivos? El señor se frustra, se siente dividido, sin embargo sus componentes tienen una interdependencia ineludible, que lo divide aún más. La cámara, junto con él, se va abriendo en fractal. Siempre genera una versión más pequeña de sí misma, que a su vez vuelve a generar otra. El fotógrafo (o los fotógrafos) nunca llega a sacar la foto, lo cual es una suerte porque el flash de todas las cámaras (que son la misma) al mismo tiempo es capaz de dejar ciego a quien esté adelante.