Cometa en la autopista

Un cometa se acercaba a la Tierra. Pero no iba a impactar de lleno, sino que formaba un ángulo agudo respecto de la superficie del planeta. Atravesó la atmósfera y se posicionó en sobre la autopista Buenos Aires-La Plata.
Los conductores que iban hacia La Plata vieron el cometa en los espejos retrovisores. No le hicieron mucho caso, porque estaban atentos al tránsito, aunque el brillo del cometa les molestaba. Querían alejarse lo más posible de aquel objeto brillante, entonces hacían luces a los que iban adelante para que fueran más rápido.
Pero nada superaba la velocidad del cometa, que llevaba millones de años acelerando y bajaba derecho hacia la autopista, como si fuera una pista de aterrizaje. Sobrevoló a algunos autos y cayó en la línea de puntos que dividía los dos carriles, poco después del peaje Hudson, ante la atónita mirada de los automovilistas que habían sido sobrepasados.
El cometa, debido a la rotación que venía llevando, no generó un cráter, sino que rodó por la autopista, derecho, hacia La Plata, como una bola de bowling. Lo hizo a una velocidad mucho mayor que la máxima permitida, con lo cual atravesó el camino en pocos minutos. Los automovilistas que venían por la mano contraria, al verlo, alertaron a las autoridades por teléfono, entonces se decidió evacuar todo lo que se pudiera. Por suerte, no vivía mucha gente en los alrededores de la autopista.
El problema era la ciudad de La Plata, que corría riesgo de ser exterminada por un cometa, si seguía el camino (algunos especulaban, no obstante, que se dirigía a Punta Lara). No había tiempo para evacuar la ciudad, y además la principal vía de escape era la misma autopista.
El cometa, ajeno a estas consideraciones, siguió rodando y tomó la dirección de La Plata. Se metió de lleno en la ciudad por Diagonal 74, y siguió derecho. Destruyó algunas plazas y una feria artesanal, pero por suerte no se desvió de la traza de la diagonal y siguió de largo una vez que la ciudad terminó. De modo que la ciudad de La Plata, gracias a su diseño urbano, se salvó de una catástrofe.