Comida china

Cuando los chinos lograron suficiente poder adquisitivo, comenzaron a viajar por el mundo. Visitaron muchos países, conocieron sus paisajes y cultura. Muchos se interesaron por establecer contacto con aquellos chinos pioneros que habían emigrado y se habían establecido en otras latitudes. Entonces los chinos, en cada ciudad que visitaban, se preocupaban por conocer el barrio chino.
Fue así que los chinos conocieron la comida china. Sus compatriotas emigrantes habían desarrollado una nueva cocina que tenía aspectos de la tradicional, la que ellos conocían, pero resultaba más apetitosa para el gusto occidental. Para los chinos de China fue un gran descubrimiento. Una nueva manera de ver su propia cultura.
La voz se corrió por todo el país. Los que volvían de los viajes la recomendaban a los que estaban por viajar. La comida china se volvió un menú asociado con el placer de las vacaciones. Experimentarla era como encontrarse con algún aspecto de ellos mismos en otro lado del mundo.
No pasó mucho tiempo hasta que a alguien se le ocurrió abrir un restaurante de comida china en China. Así, no hacía falta viajar para disfrutar el sabor que antes requería cruzar océanos.
El restaurante fue un suceso, y llevó a la apertura de otros. Después de un tiempo, en toda China se podían encontrar restaurantes de comida china, con nombres como Tao, Los Palillos, Sonrisas y El Dragón de Shanghai. La gente se amontonaba en cada local para hacer pedidos o esperaba turno para comer ahí mismo. Otros, desde sus casas, saturaban las líneas telefónicas del servicio de envío a domicilio.
Los restaurantes que servían comida china tradicional debieron adaptarse al nuevo gusto de la población. Incorporaron arrollados primavera, chow fan, pollo Kung Pao, chop suey, chow mein, sopa de wonton y otros platos orientales de Occidente. Mucho antes, la mayoría de los restaurantes del país ya había adoptado la Coca-Cola como bebida estándar.
Los habitantes de China, encantados con la nueva comida, la consumían en todo momento. Desayunaban, almorzaban, merendaban y cenaban comida china. Por eso, debido a la cantidad de fritura que empezaron a comer, se produjo en China una epidemia de obesidad.
La población experimentó un gran aumento de peso. La masa muscular total de China subió en proporciones alarmantes. Cada persona necesitaba más lugar que antes para moverse y, como es lógico, se produjo una crisis de espacio en el país.
Los chinos empezaron a desbordar. Al empujarse unos a otros, se producían avalanchas, efectos dominó que hacían que muchos cayeran al mar o desbordaran hacia países limítrofes. Sólo la India, protegida por los Himalayas, y Mongolia, protegida por la Muralla China, se salvaron de la invasión de los gordos chinos.
El gobierno chino, para resolver el problema, implementó medidas para reducir el número total de habitantes. Se desarrolló un plan de emigración al que numerosas personas se anotaron. Así, China pudo volver a su densidad anterior. Y muchos países del mundo se llenaron de chinos, quienes llevaron consigo y diseminaron su gastronomía.