Copa América globalizada

Comienza a palpitarse la Copa América Argentina 2011. Ya están definidas las fechas, las sedes y los participantes. Los diez miembros de la CONMEBOL estarán presentes, y se sumarán dos invitados de nivel internacional: México y Japón.

¡Sí! Japón vuelve a la Copa América, doce años después de su inolvidable aporte a Paraguay ’99. Nada de selecciones centroamericanas de segundo orden como Costa Rica. Nada de selecciones que geográficamente están en Sudamérica pero no tienen el nivel requerido, como Suriname. Se invitó a un país que viene en permanente crecimiento futbolístico desde hace décadas. No es moco de pavo.

La selección que supo ser dirigida por Zico forma ya parte del folklore sudamericano, al punto que varias finales de copas del continente se han jugado allí, con gran éxito entre el público local. Público que, sin duda, se volcará masivamente a visitar la Argentina durante la disputa de la Copa, del 3 al 24 de julio, con la ilusión de ver a Japón coronarse Campeón Sudamericano.

Los turistas japoneses podrán visitar las ciudades sede de La Plata (donde se jugará el partido inaugural), Santa Fe, Córdoba, Jujuy, Salta, San Juan, Mendoza y Buenos Aires, las cuales ofrecen una abundante cantidad de paisajes fotogénicos.

Es probable que haya sido determinante para la decisión el éxito de la Copa Suruga Bank, que reúne al ganador de la Copa Nissan Sudamericana (no en vano el sponsor de origen nipón) con el campeón de la tercera copa en importancia del Japón. Ningún hincha de Arsenal olvidará jamás aquella conquista. Quién sabe cuántos hinchas del equipo de Sarandí dejó como legado su presencia en la tierra del sol naciente. Incluso, dada la superpoblación de aquella zona, es posible que haya en Japón más hinchas de Arsenal que en Argentina.

El objetivo de la CONMEBOL debería ser expandir el tradicional torneo a distintas partes del mundo. Ya se ha logrado una saludable integración con América del Norte, que en la actual Copa Libertadores provee cinco equipos y llena de vértigo a la competencia. Estaría bien traer, además, a equipos de otros continentes. Por ejemplo, España y Portugal no desentonarían en una Copa América, dados los lazos históricos que unen a ambos países con el continente. Algo similar puede aplicarse a Italia e Inglaterra. La adición de esas cuatro selecciones seguramente daría al torneo una expansión importante en la cobertura extranjera, y además permitiría llegar al mínimo de 16 equipos que debe tener un torneo como la gente.

Algunos pueden pensar que es ridículo invitar equipos de otros continentes a un torneo regional. Sin embargo, la configuración de los continentes no es más que un accidente geológico. Así como Sudamérica en una época era parte de Gondwana y estaba separada de Norteamérica, si las tendencias actuales de deriva continúan, Japón será parte de América en algunas pocas decenas de millones de años. Así que, ya que están, no está mal que jueguen la Copa América para ir acostumbrándose.

También es importante considerar el carácter discriminatorio de los torneos regionales. ¿Por qué excluir a un país sólo por su procedencia? No es aceptable en el mundo moderno esa manera de pensar. Las dos confederaciones americanas están a la vanguardia de la integración mundial. La CONCACAF alguna vez ha invitado a Corea del Sur a competir en su torneo, y habitualmente se intercambian equipos con la CONMEBOL. México, por ejemplo, en un ejemplo para todos los países futbolísticos, juega los torneos de ambas. La UEFA tiene varios equipos asiáticos que están habilitados para jugar la Eurocopa, si clasifican. Asia tiene como miembro a Australia, que geográficamente pertenece a Oceanía. Esta última región alguna vez albergó a Israel, que hoy juega en Europa.

Entonces, la tendencia es clara. Las fronteras naturales se van borrando, así como las selecciones están compuestas cada vez menos de jugadores que actúan en el país que representan, y también hay un aumento marcado de jugadores que son figuras en selecciones de países donde no nacieron. Todo esto contribuye a un fútbol más plural y democrático, que es lo que queremos todos.

De continuar la integración como viene, los campeonatos continentales perderán un poco de sentido y se pasará a la siguiente instancia natural. Un “campeonato mundial” de fútbol. Seguramente la idea sería un suceso.