Formato no válido

Está bien, a los hijos hay que educarlos, tienen que poder manejarse en la sociedad. ¿Pero cómo hago para que no me los formateen? No quiero que me los devuelvan en paquete, con un diploma que dice “listo, ya puede realizar esta tarea”. No quiero que piense lo mismo que piensan sus compañeros.
Pero, al mismo tiempo, quiero que se entienda. Quiero que pueda relacionarse, entenderse, intercambiar información. Y no quiero que absorba información. Quiero que aprenda, que se tome el trabajo de aprender. No que le enseñen. Que lo guíen, en todo caso. Y sé que eso no es posible. En la escuela no hay tiempo para que cada uno aprenda. Por eso prefieren formatearlos a todos.
¿Cómo lo prevengo? Tengo que vacunarlo contra el formateo. Enseñarle que no tiene que confiar en las autoridades sólo porque son autoridades. Enseñarle a aprender, que se irrite cuando le sirven en bandeja, que objete cuando le quieren meter caca en la cabeza. Para eso la tiene que saber reconocer.
Tiene que ir sabiendo algunas cosas. Tengo que llevarlo preformateado, con algunas ideas fuertes de las que se pueda aferrar. Y esas ideas hacerlas de sólo lectura, al menos hasta que salga de la escuela y esté en condiciones de ver si las quiere conservar. Pero antes hay que protegerlas, porque si no se las van a tratar de borrar.
También puedo mandarlo a una de esas escuelas diferentes, de las que le dan importancia al desarrollo intelectual y emocional de cada uno. Pero no sé. Tengo miedo de que ahí también me lo formateen, y encima me lo hagan de un formato incompatible con el del resto de los chicos. Después se va a tener que desenvolver en la misma sociedad.
No. Lo que tengo que hacer es un formato de bajo nivel. Y pasarle un scandisk periódico, para ver si tiene sectores defectuosos y neutralizarlos si están. Tengo que instalarle un buen firewall y un buen antivirus, que no sean invasivos. Que dejen pasar las ideas pero generen una advertencia de “idea sospechosa”, así después se puede revisar bien.
Con eso más o menos lo dejo equipado. Después voy a ver cómo funciona. Si tiene notas malas, voy a saber que algo está fallando. Y si tiene notas buenas, es una alarma. Voy a tener que saber diferenciar si está conformando a las autoridades o si está aprendiendo de verdad. Tendré que hacerle mis propios exámenes, integrales, a ver cómo anda de la cabeza.
Y, mientras, tengo que apoyarlo, hacerle saber que la vida no es como la escuela. Es sólo un obstáculo que hay que pasar para después formar parte de la sociedad sin hacer ruido. Sólo que hay que tener cuidado, y no dejar que la preparación para la sociedad le saque toda la libertad antes de que tenga la opción de ejercerla.