Homeneja

Existe una frase añeja
que uno ve cuando se aleja
el autor, el cual festeja
sin fruncir ninguna ceja
sin hacer ninguna queja.
La frase en cuestión refleja
sin que tenga moraleja
ni ánimo de corteja
tal vez algo de madeja
y un amor que despelleja.
La homenajeada se deja
aunque le queme la oreja
y quede siempre perpleja;
se encierra como una almeja
si la vergüenza la aqueja.
El autor no se asemeja
a ella, ni es su pareja
pero al llegar a su reja
pasa algo que él no aconseja:
se tierna como una oveja.
La frase que se festeja
quedó servida en bandeja,
luego de alguna molleja
y una que otra lenteja,
en su camino de abeja.
Y ya el público bosqueja
sin un ánimo de queja
la frase que aquí se deja:
lo mejor que hizo la vieja
es el pibe que maneja.