Humor tributo

Los humoristas tributo gozan de gran popularidad. Se trata de seguidores entusiastas de exitosos humoristas extranjeros, que el público local no puede ver en vivo. Ellos consiguen el material, y se lo aprenden.
Los humoristas tributo hacen los mismos chistes que los originales, y el público los aplaude con el mismo entusiasmo.
Algunos de estos artistas, sin embargo, no se conforman con hacer covers. Quieren ganarse un espacio propio con material original. Después de todo, eso es lo que hicieron los artistas a los que emulan. Entonces intercalan en las rutinas algunos chistes propios, para probarlos entre material seguro.
Pero están tan metidos en el humorista extranjero, que los chistes propios no llegan a distinguirse de los covers. Apenas si son reiteraciones locales de chistes adyacentes. El material original apenas llega a ser cover de los covers.
El público, no obstante, los festeja igual, porque eso es lo que fueron a ver. El objetivo de los presentes es estar en un espectáculo de humor conocido. Poder reírse de chistes que se saben de memoria. Muchos miembros del público, mientras el artista está en escena, recita los chistes. También los festeja al reconocerlos, y cuando terminan.
Al final del espectáculo, todos quedan conformes. El público logró presenciar exactamente lo que quería, sus chistes favoritos. Y el artista, a través de su  performance, logró rendir tributo a su mayor influencia.
El fenómeno no se agota en ellos. Los artistas originales, muchas veces, con el tiempo logran tanto éxito que el público les pide sólo sus grandes éxitos. Al principio se resisten, pero pronto descubren que es más fácil trabajar así, porque no tienen que escribir chistes nuevos, ni pasar por el estrés de probarlos. Se convierten de esa manera en tributos de sí mismos. Son automáticamente los líderes de una gran mamuschka de tributos en los que el artista original queda envuelto para siempre.