La tos del mar

En el mar, un pez ve sal. Por su bien, se va. Por la luz del Sol, un can lo ve. El pez no ve al can. Dios ve a los dos, mas el pez y el can no lo ven a él.
La sal del mar va al pez, que se va de la luz. El can no lo ve más. El pez ya se fue. ¿Qué va a ser de él? Va a ir al sur, a ver si no hay sal.
El can da un la. Su voz va bien por la sal del mar, la que el pez no ve tan bien. Es que al pez la sal le da tos, y al can le da voz.
La tos no se va con el plan del pez de ir al sur. Sí con un buen té, o un pan con nuez, que en el mar no hay. El pez va de mar en mar con su tos. La tos va de mar en mar con el pez, y de pez en pez por el mar.
Al mar le da tos. Y la tos le da al que va al mar. El can va al mar y sí, le da tos. Su voz se va. Chau voz, no más guau, no más la. ¿Por qué se va la voz del can? Por la sal que Dios dio al mar.