La transformación de los tiempos

Había una vez que aspiraba a ser una ocasión, pero sólo lograba ser, de a ratos, un instante. Había también un momento que ocasionalmente se transformaba en oportunidad pero en general era sólo un término. Además había un plazo y un curso, que respectivamente se habían convertido en un lapso y un período. Anteriormente había habido un intervalo que se había graduado de época, y una etapa que había sabido transformarse en era. Pero también había habido una jornada que no había podido hacerse edad. Por el contrario, una circunstancia no había tenido problemas en ser transcurso, y de ahí pasó, luego de un trecho, a ser una fase.
Pero todo eso no era nada al lado del segundo que se había transformado, sucesivamente, en minuto, hora, día, semana, quincena, mes, semestre, año, lustro, década, siglo y milenio.