Mi dios es mejor que el tuyo

Sí, mi dios es mejor que el tuyo. Lamento decepcionarte de esa manera, pero es verdad. Te aconsejo que descartes al tuyo y formes parte de los seguidores del mío. Así te va a ir bien.
Mi dios, por ejemplo, es misericordioso. Te va a perdonar cualquier cosa que hagas. Porque mi dios es la bondad absoluta. En cambio, el tuyo no.
Además mi dios es omnisapiente. O sea que lo sabe todo. Sabe, por ejemplo, que yo tengo razón y vos no. Sabe lo que pensamos y lo que hacemos. Es como Papá Noel, pero mucho más poderoso. En cambio, el tuyo no sabe nada.
Mi dios es omnipresente. Está en todas partes. Por ejemplo, acá. El tuyo no está acá, y por lo tanto no está en todos lados.
Mi dios inventó la moral, y sin él no la tendríamos. Gracias a eso evitamos hacer actos que estarían mal, como si yo te matara a vos en este momento por no creer en mi dios. Pero como mi dios es bueno y me dio la moral, no lo voy a hacer aunque te lo merezcas.
Mi dios creó el Universo y todas las cosas. Creó al hombre también. Tu dios, en cambio fue creado por gente como vos. ¿Cómo podés confiar en algo así?
Mi dios es todopoderoso. Cualquier cosa que quiera hacer, puede hacerla. No le cuesta nada. Por eso pudo crear el Universo. En cambio, tu dios es un inútil y nunca hizo nada.
Mi dios es perfecto. Tiene la mayor perfección concebible, y no concebible también. Todos los defectos del Universo que creó son por gente como vos, que no quiere creer en él. Son despreciables.
Mi dios es uno solo. No es como esos dioses federales que reparten el poder en un montón de deidades que siempre se están peleando. Dios, como es uno solo, está de acuerdo con sí mismo. De tu dios, o tus dioses, no se puede decir lo mismo.
Pero lo más importante es lo siguiente. Mi dios existe, el tuyo no. Y, como existe y es misericordioso, te va a recibir cuando lo aceptes. También te va a ir atrayendo hacia él, y poco a poco vas a ir dejando de perder el tiempo con tus absurdas creencias.