Si no no es no

Cuando te dicen sí, en realidad es más o menos. Cuando te dicen más o menos, es una manera suave de decirte no. Así no te duele. Pero puede ser que no entiendas el código, entonces hay momentos en los que te tienen que decir no directamente. Ese no quiere decir no.
Pero ojo, porque hay algunos no que dicen más que eso. Por ejemplo, si el no es demasiado enfático, significa que lo que sea que está en cuestión ocupa un lugar destacado en los pensamientos de quien lo niega. Entonces puede ser que el no sea un no sé si me animo, o un todavía no.
Es necesario recibir muchos no para saber diferenciarlos. Hay que evitar cometer el error de tomarlos literalmente. Un no repetitivo, sobre todo si no está provocado, indica interés. Está plantando la idea.
¿Cómo se indica desinterés? Con indiferencia. Salvo que la indiferencia sea estratégica, como irse a la pesca en el truco. Requiere sutileza conseguir que el otro plantee lo que uno no quiere plantear. En esas ocasiones hay que abrir la puerta y aguantar el no que vendrá inmediatamente.
Abrir la puerta hace notoria la presencia de la puerta. Cuando se la cierra, puede volver a abrirse. Está ahí, y el tema reaparecerá, tal vez inesperadamente. El no se hará más suave, se convertirá en un todavía no, después en un sí condicional, hasta convertirse en un sí.
Cuando llega el sí, hay que actuar rápido, antes de que pierda su sentido y se convierta otra vez en más o menos.