Treinta días trae

Treinta días trae septiembre
con abril, junio y noviembre
con veintiocho sólo hay uno
(es febrero
pero a veces
tiene veintinueve
se calcula cada cuatro años
los años múltiplos de cuatro
pero no todos
los múltiplos de cien no
pero los múltiplos de cuatrocientos sí)
los demás, de treinta y uno.

P de septiembre

Septiembre se escribe con P. Es así. El que diga lo contrario está equivocado. Incluso si es la Real Academia. ¿Quién se cree que es la Real Academia para dictar la expulsión de letras de una palabra? Si se permiten cambiar el nombre a un mes, ¿por qué no vuelven a llamar Quintilis a Julio?
Escribir setiembre es la misma bestialidad que escribir otubre. No es aceptable (o acetable), por más que haya gente que pronuncie así. Esa clase de giros idiomáticos es aceptable en la oralidad, pero no debe ser convalidada ortográficamente, por lo menos hasta que esté totalmente impuesta.
Y la P de septiembre se resiste a dejar de ser pronunciada. Es muy tentadora. Ese pequeño beso que se hace al decirla le da sabor. Setiembre no tiene gracia. Es una palabra insulsa, ni vale la pena decirla.
Sin embargo, alguna gente la dice así. Es gente insulsa, que no sabe lo que hace. No hay que hacerle caso. Lo que pasa es que la Real Academia se toma en serio eso de que las palabras deben ser escritas como se pronuncian. Y después se apuran a convalidar cualquier cosa. No se dan cuenta de que algunas palabras deben ser pronunciadas como se escriben.
Tenemos que pararlos. Si aceptamos que nos saquen la P, después vendrán por la C de doctor. No podemos permitirlo.