Caca de seguridad

Los bancos están experimentando con un novedoso dispositivo para los eventuales casos en que un criminal violento se apersone en la caja y demande la totalidad del dinero mediante la amenaza de fuerza. Como estos individuos suelen acudir armados, y con el arma oculta de forma tal que no se la vea antes de llegar a la caja, el momento en el que el arma es blandida suele ser tarde. El cajero involucrado, con justa razón, no quiere arriesgar su vida, y prefiere entregar el dinero. Es un acto que además de los valores roba la dignidad de las víctimas.

El nuevo dispositivo intenta desarmar al delincuente mediante la repentina pérdida de su propia dignidad. El accionar es sencillo: consiste en tirarle un buen excremento en la cara. Al ocurrirle eso, el malhechor tendrá, como mínimo, un momento de duda. Permitirá así que el personal de seguridad lo desarme, si es que no se desarmó solo al recibir el proyectil.

Hay una dificultad logística: mantener la frescura del excremento. El dispositivo debe estar siempre cargado con excremento reciente, de manera que pueda ser activado en cualquier momento, sin ninguna preparación. Esto es crucial, porque no se sabe cuándo ocurrirá un asalto. No se puede esperar a que alguien se moleste en cargar la cañería, porque tampoco se puede confiar en la consistencia, ni en la puntualidad.

Lo que hay que hacer es conectar el dispositivo directamente a la cloaca, de forma tal que siempre tenga presión. De esta manera, al liberar la válvula, un chorro regulable de excremento estará siempre listo para llevar al sucio malviviente a la Justicia.