Tu valentía

Mucha gente calla lo que piensa. Tienen miedo a quedar en evidencia cuando dicen cosas delante de mucha gente. No quieren que se las asocie con ellos. No necesariamente lo que dirían es algo que los haría impopulares. Sólo que prefieren seguir siendo parte de los que escuchan, en lugar de ser de los que hablan.
Vos, en cambio, no sos así. Vos sos valiente. Te parás frente a todos y hablás. Decís lo que tenés para decir. No te da vergüenza. Y el público te aplaude, parcialmente porque están aliviados de no tener que ir ellos a decir lo que te pusiste a decir vos. Eso que es cualquiera, que es una pelotudez muy grande, pero que todos piensan. Y vos te animás a decirlo. Vos le ponés la cara.
Eso te hace al mismo tiempo valiente y admirado. No te hace más imbécil que los que te admiran, sólo te convertís en un símbolo de ellos. Te destacás por la palabra, aunque la idea no sirva para nada. No sos un salame más. Sos el salame parlante, el primer salame. Un salame con el coraje de decir, en voz alta y sin temor a las consecuencias, las estupideces que piensan todos.

Canillas públicas

Las canillas de los baños públicos siempre son un misterio. Una aventura que nos espera a cada paso. Están pensadas para hacernos ejercitar el cerebro, además de las manos. Al llegar al sector de lavado, se nos presenta un misterio: ¿cómo hacer salir el agua? Hay muchas opciones y pocas pistas.
Tal vez haya que estar cerca. O mover la mano. Debe haber algún sensor. Lo que parece un grifo no se mueve. Será necesario reconstruir la lógica del diseñador de interfaces sanitarias. Meterse en la mente de las demás personas. O ver si aparecen otros que sepan cómo hacer. En caso de ser varios, será de gran utilidad el trabajo en equipo. Probar distintas alternativas para dar con la adecuada, que todos disfrutarán.
El agua está ahí, tarde o temprano saldrá de la canilla. Sólo hay que saber cómo. El sistema fue pensado por alguien con la idea de hacerlo más fácil e higiénico. Se puede confiar, por más que no se hayan dado cuenta de dejar instrucciones. Es intuitivo, sólo que para la intuición de los demás. De todos modos, siempre viene bien un desafío. Ayuda sentirse bien. Es mucho mejor salir del baño luego de superar una dificultad, que hacer uso de las instalaciones sin reparar en su mecánica.
Sólo mentes sagaces tendrán manos limpias.