Artesanía insólita

En un tranquilo rincón del Ártico, el señor Santa Claus realiza una extraña artesanía. Con viejos pinos en desuso, ayudado por su plantel de duendes, fabrica los espléndidos juguetes que estamos viendo, y que no parecen tener diferencia con los reales.
El ingenio de este simpático anciano, que fabrica juguetes durante todo el año, le permite repartirlos durante la madrugada de la Navidad a los niños de todo el mundo, diferenciando incluso a los niños buenos de los que se han portado mal.
Vemos al señor Claus sonriendo satisfecho junto a sus juguetes recién salidos de la fábrica. Dice: “este método ha sido refinado durante siglos y siglos y sólo es posible porque los duendes se ocupan de todos los detalles con amor al trabajo, dedicación, paciencia, entrega y dedicación. Jo Jo jo”.
Nos alejamos asombrados, sin comprender de qué se ríe.