La historia de tu vida

—¿Por qué, Facebook, me botoneás que estoy en el teléfono?
—Porque estás en el teléfono.
—¿Pero por qué tenés que anunciarlo al mundo entero?
—¿No te gusta?
—Yo decido quién se entera, no vos.
—Es que es una alegría por fin tenerte en móvil. Ahora te voy a ver más seguido. Estaba muy contento, tenía que compartirlo con todo el mundo.
—¿Pero tenés que decirle también a los que tengo bloqueados? ¿Para qué tenés los seteos de privacidad?
—Esos seteos son para lo que publicás vos, no para lo que anuncio yo.
—¿Sabés qué pasa? Yo también quería tenerte en el teléfono. Está bueno. Pero nadie tiene por qué enterarse si estoy en el teléfono o en la computadora. ¿Cuál es la diferencia?
—Hay una diferencia. En el teléfono lo lógico es que tengas menos tiempo, entonces aviso que estás ahí.
—Ése es el asunto. Vos no tenés por qué avisar nada. Aviso yo, en todo caso. Te pasaste.
—Bueno, perdón, no sabía que te ibas a poner así.
—Y encima ni siquiera me das la opción de borrar ese aviso. Como que nunca se te ocurrió la posibilidad de que alguien pudiera no querer decirlo. ¿Cómo puede ser?
—Bueno, disculpame, en el futuro voy a tener en cuenta tus sugerencias.
—El problema es que ahora no confío en vos. Si se me ocurre comprarme una tablet, por ejemplo, voy a debatir si ponerte ahí o no.
—Capaz que para ese momento las cosas son distintas.
—Sí, y yo voy a tener que averiguar, en tu sistema de ayuda que seguramente habrá sido rediseñado varias veces, cómo es en ese momento. Y voy a tener que tener cuidado de que la información que encuentre esté actualizada.
—Usá mi buscador, es muy bueno, tiene tecnología Bing.
—No, gracias. Se ve que no entendés nada.
—Bueh, hacé lo que quieras. Yo sólo intento facilitarte la vida.
—Entonces no hagas lo que no te pido. Sos un servicio para facilitarme el contacto con mis amigos. No sos un amigo.
—Ay, no seas así. ¿No te sentís mi amigo?
—No si imponés tu criterio sobre el mío así nomás. Mis amigos me respetan.
—Está bien. Pero no olvides que estoy trabajando para ser cada día mejor. Vos ni siquiera probaste el Timeline. No sabés lo bueno que está.
—Lo probaría si me dejaras volver al anterior si no me gusta.
—No, el anterior es una porquería.
—Pero antes decías que era fenómeno.
—Eso fue antes. Ese perfil es re 2009.
—Pero sirve para mis propósitos. Y sé que tarde o temprano me vas a pasar al otro de prepo. Entonces lo mantengo mientras puedo.
—A veces un amigo tiene que hacer cosas que no te gustan, por tu bien. Vas a ver, va a llegar el día en el que no te vas a acordar cómo hacías sin el timeline.
—Y, otra no me queda, ¿no?
—No.