Tropiécese bien

La escalinata del shopping Abasto es tentadora. Los numerosos escalones de escasa altura llevan naturalmente a correr en ellos. Pero es peligroso. Como esa altura no es la que las personas están acostumbradas a transitar, es fácil errar el cálculo y tropezarse.
Ahora, lo importante no es no tropezarse, sino no caerse. Irse al suelo en una escalera es poco recomendable, sobre todo en ésa, donde existe el peligro de voltear a alguna persona y provocar un efecto dominó que termine con un atropellado por alguno de los numerosos taxis que circulan por Agüero o Azcuénaga. Por eso es importante saber cuál es la técnica adecuada.
Si usted se tropieza al correr en esa escalera, no intente detener su paso. Si lo hace, sólo conseguirá desestabilizarse y aumentará las probabilidades de caer. Lo que debe hacer, a pesar de que va contra el instinto, es acelerar. Sí, seguir corriendo, ir más rápido, siempre cuidando donde se coloca el pie en cada paso. Verá que si hace eso el tropiezo pronto será superado y quedará en el olvido.
Ahora, usted puede estar preguntándose qué debe hacer con la velocidad que ganó. En principio, tenga cuidado. No se lleve por delante a nadie. Ése es el objetivo más urgente. Lo bueno es que la gente, al verlo correr como un desaforado, seguramente saldrá de su paso, entonces no tiene que preocuparse mucho. Pero igual fíjese, sin olvidar ver dónde coloca los pies. Si no se siente capacitado para mirar alternativamente hacia abajo y adelante, entonces correr en las escaleras no es para usted.
Una vez que llega a la vereda, es momento de desacelerar. Hay suficiente espacio. No utilice el impulso para cruzar corriendo la calle. Esa actividad está reservada a los autos que circulan por ella. Si usted aparece corriendo fuera de los cálculos ninguno de los dos tendrá tiempo para frenar. Y ahí usted lleva las de perder.