Vía de escape

El tren recorría siempre la misma vía. Cuando llegaba a un extremo, volvía hacia el otro. Siempre hacía las mismas paradas, los mismos horarios, la misma rutina. Estaba cansado de su existencia monótona.
Comprendía que no iba a poder cambiar nada mientras se mantuviera atrapado en la vía. Sus ruedas estaban enganchadas a ella, y no tenía forma de doblar para escaparse. La vía era lo que le permitía andar, pero también lo que lo condenaba al aburrimiento.
Varias veces descarriló intencionalmente, pero lograba escaparse porque siempre una de las ruedas quedaba atrapada entre las dos vías. Por lo menos, descarrilar causaba un gran atraso en la línea, mientras duraban los trabajos de rectificación, y eso alteraba un poco la rutina.
Pero el tren seguía atrapado. Mostraba su frustración de diferentes maneras. Cerraba arbitrariamente las puertas mientras subían o bajaban pasajeros, activaba el freno de emergencia, desenganchaba vagones. Pero no eran más que distracciones menores, mientras buscaba la forma de escaparse de la vía.
Hasta que un día vio pasar un avión, y se dio cuenta de que ésa era la respuesta: volar. Entonces urdió un plan. Esperó a la madrugada. Cuando fue guardado en la estación terminal y se apagaron las luces, encendió el motor. Cerró las puertas, cuidando que no hubiera nadie, y se lanzó a toda velocidad por la vía. Quería alcanzar la velocidad necesaria para levantar vuelo. Cuando lo consiguiera, no esperaba llegar tan lejos como un avión, pero sería suficiente para conocer un lugar nuevo, sin vías.
El tren llegó a velocidades que habitualmente no lograba, debido a que siempre llevaba carga y paraba en estaciones. En un momento, las ruedas delanteras se levantaron, como si estuviera haciendo wheelie. Siguió esforzándose para aumentar la velocidad, y consiguió que todas las ruedas se separaran de las vías.
El tren ya estaba saboreando el éxito cuando se encontró con la resistencia de la catenaria, que no lo dejó pasar, y con un gran show de chispas detuvo el vuelo y lo devolvió al piso.
El tren quedó acostado sobre la vía, moviendo las ruedas como una tortuga dada vuelta. Cuando los técnicos de la línea reconstruyeron lo que había pasado, decidieron eliminar la posibilidad de que volviera a suceder, y lo derivaron a una línea de subterráneo.