—Es necesario recuperar la confianza del pueblo. En lugar de chicanas políticas, deberíamos trabajar en conjunto para generar las soluciones que no pueden esperar ni un minuto más. Creo que el pueblo nos demanda, sobre todo, eso. Mientras sigamos mirándonos el ombligo y peleándonos por banalidades, el país nunca avanzará.
—Nuestros seguidores saben a quién creerle. Los otros pueden hablar y hablar, pero nosotros somos los únicos en condiciones de arreglar los problemas del país. Por supuesto que solos no podemos. Tenemos que estar todos juntos, sólo así lograremos hacer que el país tenga un futuro mejor.
—La única manera de vivir en democracia es a través del diálogo y el consenso. No puede ser que, porque somos de partidos distintos, nos boicoteemos unos a otros. El pueblo no nos elige para eso, nos elige para que terminemos con todos los flagelos que aquejan a la sociedad. En concreto, hay que terminar con la inseguridad y la inflación, y nosotros tenemos un plan detallado para lograrlo.
—Tenemos que evitar caer en las trampas de la vieja política y empezar a traer soluciones concretas. Pero debemos hacerlo todos juntos, porque un gobierno puede tirar para un lado, pero si no es mediante el consenso no se logrará nada. Continuará el flagelo de la inseguridad y también el de la inflación. Pero confiamos en que nuestro pueblo sabrá elegir bien, y en todo caso respetaremos la decisión soberana del electorado.
—El país necesita un tipo de cambio competitivo para poder estar a la par del mundo. No está bien lo que hemos hecho en el pasado, aislarnos del mundo no nos llevará a la prosperidad. Tenemos que aprovechar la oportunidad histórica que estamos viviendo, y no tirarla por la borda. Hay que estimular al campo y a la industria, para que den trabajo de calidad a todos los ciudadanos.
—Hay que mirar hacia adelante y no repetir los errores del pasado. Si resultamos elegidos, el país volverá a integrarse al mundo y nuestros productos podrán competir con los de otros países gracias a que tendremos un tipo de cambio competitivo. Así, la industria y el campo se verán favorecidos, y el pueblo tendrá trabajo.
—Una de las deudas más grandes con la sociedad es solucionar el problema del transporte. Es necesario crear más líneas de subterráneos y desalentar el tránsito de autos particulares en el centro. Nuestra plataforma incluye la creación de áreas donde los autos particulares no puedan entrar, y medidas para evitar la contaminación de los colectivos.
—Para terminar con el problema del tránsito nuestro plan es el más completo. El objetivo principal es priorizar a los peatones. Para eso necesitamos llevarlos al centro en transporte público, y entonces queremos construir más líneas de subterráneos. Pero también es necesario que la gente deje el auto en su casa, así que vamos a crear áreas en las que no sean permitidos los autos particulares. De esta manera estimularemos al transporte público. Claro que no debemos olvidarnos de que los colectivos generan contaminación, y será necesario controlar periódicamente cada unidad.
—Quiero expresar que confío plenamente en el pueblo de nuestra nación, que el domingo expresará su voluntad inquebrantable. Nuestro partido desde siempre defendió la democracia y las elecciones son sagradas para nuestro sistema republicano. Por eso, en caso de una derrota, sabremos reconocerla y nos convertiremos en una oposición razonable, constructiva, que acompañará al gobierno legítimamente electo en todo lo que haga bien, y señalará los errores que vea en el camino.
—Nuestro pueblo nos conoce, y sabe los antecedentes del partido. Por eso se volcará masivamente hacia nosotros en las urnas, y mostrarán que creen que el cambio es posible. Claro que, si llegamos a perder, aceptaremos la decisión del pueblo, que es el único soberano de la patria, y siempre tiene razón. No nos quedaremos callados ante lo que el gobierno haga mal, pero lo acompañaremos en la creación de consensos para hacer nuestro aporte a la salud de la democracia. Creemos que si al gobierno le va bien, al pueblo le va bien. Por eso nos abocaremos a defender la gobernabilidad a cualquier costo.
Armonía
Progreso y Armonía
El 15 de noviembre de 1889, Brasil dejó de ser imperio y pasó a ser una república. Sé muy bien la fecha porque vivo a media cuadra de la calle que tiene como nombre justamente esa fecha, con año y todo. Una rápida búsqueda me permite saber que fue viernes. Esta información que no figura en el nombre oficial de la calle, a pesar de que es tan completo que, durante muchos años, en la señalética figuraba con letra más chica que las otras calles.
No tengo nada contra Brasil. Estoy a dos cuadras de la avenida con su nombre. Tampoco tengo nada contra su forma de gobierno. Me parece muy bien. Pero no sé si me gusta tanto tener como entrecalle a la conmemoración de la fecha en la que se estableció esa forma de gobierno, en lugar de conmemorar a la forma en sí. No está la calle Repúblicas Limítrofes, ni la calle Abolición de Imperios. Sólo esa fecha, que hay que buscar meticulosamente para saber a qué corresponde. Sólo me enteré porque en una visita a Brasil (el país) encontré una calle llamada como la misma fecha. Los lugareños me supieron decir.
No sé si está bien celebrar con una calle la forma de gobierno de un país. Está la calle Chile, que sigue siendo así independientemente de las circunstancias políticas de la vecina nación. Homenajea a ese territorio, sus habitantes y su hermandad con nuestro pueblo, o algo. Por otro lado, la calle República de la India no parece homenajear a la India, sino a la república fundada en 1948. En el mismo año fue establecido el Estado de Israel, que tiene también su calle, sólo llamada así una vez que ese estado fue reconocido internacionalmente, a pesar de que el territorio ya existía.
No hay ninguna calle llamada 1948, a pesar de que dos países de larga data establecieron sus repúblicas en ese año. Posiblemente se decidió hacer un doble homenaje al país y a su forma de gobierno en el mismo acto. Las calles sin nombre no abundan.
Pero eso no impide cambiar los nombres de las calles que ya están. Por ejemplo, mi otra entrecalle se llama Cátulo Castillo, en homenaje al poeta y autor de tangos. No sé mucho sobre él, ni tengo nada en su contra. Puedo suponer que ese homenaje es merecido. Pero pronunciar ese nombre siempre me hace un poco de ruido, porque me acuerdo cuando la calle se llamaba Pedro Echagüe. Con ese nombre la conocí, y para mí es su nombre “verdadero”. Muchos todavía la llaman de esa manera, y a veces yo también, por más que el cambio fue hace más de veinte años.
Pero hace poco me enteré que no ése no fue primer nombre. Antes de ser Pedro Echagüe, esa calle se llamaba Progreso. Y resulta que 15 de noviembre de 1889, antes de llamarse así era Armonía. O sea que, de no haber sido por esos cambios, yo en este momento viviría entre Progreso y Armonía. No puedo evitar sentir que me sacaron un poco de magia.