Cárceles escuela

Una de las desventajas de los sistemas penales es que, al tener a muchos delincuentes juntos, las cárceles funcionan como escuelas de delincuencia. Es cierto que, por definición, todos los presos han sido capturados, pero eso no impide que puedan compartir datos y experiencias de crímenes exitosos del pasado, e ideas para mejorar día a día.
La única manera de evitar este fenómeno es aislar a todos los presos, lo que traería problemas logísticos y psicológicos. Está muy claro: los ex convictos salen de la cárcel siendo mejores criminales que cuando entraron. Lo que no quita que puedan rehabilitarse, arrepentirse de sus acciones y dedicar el resto de su vida al bien.
Antes no era así. Las cárceles estaban llenas de criminales, igual que ahora, pero un gran porcentaje eran mayordomos. Y ellos ejercían una influencia importante en la población penal. Sus enseñanzas llevaban a que los criminales liberados se comportaran de una manera mucho más amable y considerada. Podían, sí, llegar a aprender técnicas de asesinato y de encubrimiento.
Gracias a la reducción en el número de mayordomos asesinos, los ex convictos de ahora ya no se caracterizan por haber aprendido formas de servidumbre en la cárcel. Se dedican a ejercer técnicas perfeccionadas de crimen violento. Ya no tratan a los demás con el respeto que todos se merecen.

Cómo escribir "Domingo de regreso"

  1. Observe una estatua de Sarmiento en el patio del colegio Bernasconi, y fíjese que parece que representara a Sarmiento como si estuviera levantándose de la mesa del doctor Frankenstein.
  2. Tome nota de esa observación.
  3. Piense una historia, o por lo menos el principio de esa historia.
  4. Escriba ese principio, confiando en que el resto va a salir. Ocúpese de ir creando clima. Dése cuenta de que vale la pena crear suspenso antes de la revelación de que lo que está en la mesa del doctor es Sarmiento.
  5. Una vez que Sarmiento se escapa, llévelo hacia un lugar donde los mitos de Sarmiento puedan jugar. Por ejemplo, una escuela.
  6. Cree un conflicto. Por ejemplo, los niños se asustan de la apariencia de Sarmiento.
  7. Para no repetir el nombre del fundador de “El Zonda”, refiérase a él de diferentes maneras, y explote humor por ese lado.
  8. Haga alguna referencia a la obra social de Sarmiento, sin detener ni estorbar el avance de la historia.
  9. Ubique el clímax en la escuela creada por Sarmiento, y preferentemente ubique en él a la estatua que inició todo el proceso.
  10. Traiga de vuelta al doctor Frankenstein, para que el cuento cierre como empezó.
  11. Robe el final del cuento “Gardelería” de Leo Maslíah, pero cambie el “echó todo a perder” por “lo arruinaron todo”, que convenientemente habrá robado de un espectáculo de Les Luthiers.
  12. Titule el cuento de una manera que no revele de qué se trata pero se entienda una vez leído. Preferentemente utilice un título que haga pensar al lector que lo que va a leer es algo parecido a “La autopista del sur” de Cortázar.
  13. Revise, reescriba, afeite las rebabas, pula y haga esto varias veces.
  14. Publíquelo en su libro titulado “Léame” y véalo convertirse en uno de los hits.