Irreconocible

Soy muy malo para reconocer a la gente. En general lo logro hacer cuando el encuentro se produce en cierto contexto. Se generan algunas pistas que me permiten razonar quién puede ser la persona que me saluda. Hay ocasiones, sin embargo, en las que me encuentro gente fuera del contexto original. En general salgo del paso de alguna forma, pero rara vez me doy cuenta de quién se trata.
La clave es ese contexto. Cuando me miro al espejo, por ejemplo, noto que la persona que me mira soy yo. Sin embargo, la vez que me encontré por la calle, no me di pelota. Me soné conocido, sí, y pude ver que yo le sonaba conocido a quien en ese momento pensaba que era otra persona. Los dos nos mirábamos, tratando de que el otro no se diera cuenta y al mismo tiempo tratando de que nos viniera a la mente de quién se trataba.
Finalmente ambos decidimos ignorarnos y seguimos nuestro camino. Después de varias horas caí en la cuenta de que la persona que había visto no era otro que yo mismo. Y como él era yo mismo, tampoco me reconoció a mí.
Fue una lástima. Seguramente hubiera podido tener una conversación muy interesante con mí mismo. Otra vez será.